¿EL AÑO IMPORTA?
Recientemente
leí dos de los llamados “clásicos de la literatura”. Todavía recuerdo cómo
llegaron a mis manos: uno, se lo regalaron a alguien cercano que ofreció
prestármelo (sin duda yo estaba más feliz que él, creo que a la fecha no lo ha
leído y se lo regresé hace varias semanas); y, otro, lo conseguí en una venta
de cochera, cuando salí de aquella casa con mi ejemplar en la mano no pude
evitar sentirme emocionada porque finalmente lo tenía; sin embargo, aunque en
ambos casos devoré las primeras páginas con tremendas expectativas, con el paso
de los días perdí el interés por las historias y aun cuando no abandoné, al
terminarlos me quedó un sabor un tanto agridulce, curiosamente no podía decir
si me habían gustado o no, y tampoco entendía la razón, ¿les ha pasado?
Por
fortuna no tardé en descubrir el error que había cometido, pues el comentario
que me ayudó a aclarar mis ideas llegó a mí más rápido de lo que podría haber
imaginado, en una de tantas conversaciones que saltan de un tema a otro con
facilidad; ¿qué me dijeron? En resumen, que para comprender ciertos libros es
importante estar consciente de la época en que los redactaron, ¡ahí fallé!, y
es que mientras los leí jamás se me ocurrió tomar en cuenta el año en que
fueron escritos, pero una vez que los puse en contexto entendí cuánta verdad
había en esas palabras. Las novelas que creí que no me habían llenado del todo
son “clásicos” por derecho propio, no solo porque han permanecido en el gusto
del público, han vendido cantidad de ejemplares a lo largo de los años o
simplemente porque los expertos las han calificado como tal, sino debido a que
fueron toda una novedad cuando se editaron por primera vez, es decir,
representaron un cambio para la literatura misma, pues de alguna u otra manera
no se apegaban a lo que era habitual o a lo que la mayoría de la sociedad
consideraba aceptable cuando se escribieron, es decir, había un detalle o
varios que no se ajustaban al estándar -el estilo de redacción, la trama, la
personalidad de los personajes, los valores, las costumbres, etc.-, en fin,
incluían características que en la época en la que salieron a la luz fueron
vistas como revolucionarias, pero debido a que muchos de esos comportamientos o
hechos ahora podrían resultar tan comunes, e incluso anticuados, si los
lectores no somos capaces de asimilar que la obra fue escrita en un entorno
totalmente diferente al nuestro, un escenario en el que los individuos se
regían por otro tipo de normas y la rebeldía era entendida de manera distinta,
es posible que juzguemos un libro de forma equivocada y perdamos de vista el
verdadero encanto de los “grandes clásicos”.
Así
que si me lo preguntan, la respuesta es sí, el año en que se escribe un libro
importa.

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