"LA CHICA AL FONDO DEL LAGO"
Hay quienes catalogan “La chica al
fondo del lago” como una historia romántica, una trama en la que se entrelazan
la tragedia con el instinto de supervivencia, los dramas psicológicos y el
amor; no obstante, si bien se compone de una mezcla de lo anterior, al
terminarla, a mi únicamente me quedó la sensación de que se trata de una novela
juvenil y es que, aunque se puede decir que es entretenida y bastante ligera de
leer, por un lado, desde mi punto de vista y siendo consciente de que no todos
reaccionamos igual ante determinados hechos, no logró transmitirme la sensación
de angustia y estrés postraumático que experimenta una persona que pasa por una
situación similar a la que atraviesa la protagonista; y por otro, me hubiera
encantado saber más sobre algunos personajes secundarios que de alguna manera
parecían ser importantes en la vida de ella. ¡Vamos! Que esperaba y me hubiera
gustado un poco más de profundidad; sin embargo, hay que tomar en cuenta que no
formo parte del público al que creo que está dirigida la obra, habrá que ver
qué opina un lector que ronda los 18 años.
¿Cuál es el argumento del libro? La
novela, que es narrada en primera persona, cuenta la historia de Avery
Delacorte, una universitaria que pese a las presiones de la escuela y el equipo
de natación al que pertenece, lleva una vida bastante cómoda y feliz, hasta que
por azares del destino, el avión en el que viaja se estrella junto a un lago en
las Montañas Rocallosas dejando un saldo de más de 200 muertos y solo cinco
supervivientes: Avery, Colin (un compañero del equipo de natación que suele
evitar) y tres niños pequeños: Liam, Tim y Aayu.
La tragedia es mayor, pues han caído
en una zona deshabitada, el clima es terrible y no cuentan con mucho para
sobrevivir, sin embargo, se las arreglan para hacerlo. El problema es que
cuando finalmente son rescatados y todos intentan retomar su vida, Avery parece
incapaz de sobreponerse a la experiencia, pues aunque no tuvo secuelas físicas
graves, las psicológicas la afectan más de lo que ella está dispuesta a
admitir. Para quienes la rodean está claro que la chica que subió a aquel avión
no es la misma que regresó: se niega a tener contacto con Colin y los tres
niños; el agua, que tanto amaba, ahora le provoca temor; la relación con Lee,
su novio, ya no es tan buena; y, para colmo, salir a la calle se ha convertido
en una pesadilla, porque la gente y los medios de comunicación la reconocen.
Conforme los días transcurren, la
recuperación se ve más lejana, pero en un intento de salir adelante, Avery
regresa a la universidad en California y acepta ser tratada por la doctora
Shin, una psiquiatra que se especializa en estrés postraumático y fobias
específicas. Tras horas de terapia, dispuesta a superar sus miedos para recuperar
su vida y retomar la natación, decide volver a Boston, donde viven sus padres.
Estando allí, con la ayuda de una de las personas que tanto intentó evitar,
poco a poco consigue mejorar. Pasados los años, Avery descubre que una tragedia
puede convertirse en el inicio de un futuro prometedor.
Como he dicho, esperaba un poco más
de la novela, pero siendo justa, es muy probable que los más jóvenes la
disfruten y consideren que el tratamiento del tema y el desarrollo de los
personajes son los indicados (Avery tiene 19 años y es desde su perspectiva que
el lector conoce la historia); aunado a lo anterior, no puedo negar que el
mensaje que encierra la lectura es positivo: hay eventos en la vida que
mientras ocurren parecen una tragedia insuperable, pero al final del camino, asimilamos
lo sucedido y somos capaces de comprender que pese al sufrimiento que nos
provocaron, han ocurrido con el fin de proporcionarnos una dicha mayor.
Título: “La chica al fondo del lago”
Autor: Claire Kells
Editorial: Planeta


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