"UNA CASA EN THORNWOOD"
Esta es una de esas novelas que empiezan
lento (muuuy lento, en realidad), pero que tienen un cierre tan inesperado, que
terminan por dejar un buen sabor de boca en el lector.
La tragedia que da inicio a la historia es la muerte de Tony,
expareja de Audrey y padre de una preadolescente llamada Bronwyn, quien nombra
a estas dos mujeres como únicas herederas de Thornwood, una finca abandonada
ubicada en Magpie Creek, un pequeño y aislado pueblo de Australia en el que años atrás tuvieron lugar un par de asesinatos en los que la familia del fallecido se vio estrechamente involucrada. La
propiedad, cuya existencia ambas desconocían, resulta ser sumamente valiosa, de
manera que con la intención de ponerla en venta, madre e hija viajan para
inspeccionarla y tomar nota de los arreglos que requerirá antes de contactar a
una inmobiliaria; sin embargo, aunque ellas tienen una vida hecha en Melbourne
y prácticamente no saben nada del pasado de Tony debido a que este siempre se
negó a hablar del tema, tras la visita deciden aprovechar la oportunidad para
escapar de la ciudad y terminan mudándose.
El cambio parece sentarles bien, pero mientras ellas se
adaptan a su nuevo hogar, crean lazos de amistad con algunos miembros de la
comunidad y disfrutan de la compañía de la hasta entonces desconocida abuela
paterna de Bronwyn, el hallazgo de una fotografía del doctor Samuel Riordan, uno de los antiguos dueños de la finca, amenaza con ponerlas en riesgo, pues Audrey,
intrigada, comienza a indagar sobre él hasta que descubre que fue acusado de
asesinar a su novia en 1946. El misterio que rodea el homicidio y la división de opiniones acerca de su culpabilidad es tal que,
lejos de conformarse con conocer los hechos, se empeña en investigar con mayor
profundidad lo ocurrido y, pese a que muy pocos están dispuestos a hablar sobre
ello, pronto se entera de que muchos años después de aquel asesinato, cuando ya no era posible culpar a Riordan, se
registró una muerte similar que fue catalogada como accidental, pero que a
todas luces parece ser obra del mismo asesino.
Con más preguntas que respuestas, Audrey no cesa en su afán
de dar con la verdad, menos aún cuando un viejo diario de una adolescente y
unas antiguas cartas llegan a sus manos poniendo de manifiesto que no todos son
lo que aparentan y que la historia podría ser muy diferente a la que le han
contado. A cada paso que da, los oscuros secretos y, los motivos por los que
Tony decidió guardar silencio sobre su vida en Thornwood y heredarle la propiedad tras su muerte, se hacen más evidentes; el problema es que aún hay personas
que prefieren dejar el pasado en paz y un asesino que se niega a ser
descubierto, aunque eso signifique volver a matar.
Sin duda la trama es prometedora, no obstante, creo que
la estructura tiene algunas fallas notables; no lo voy a negar, terminar esta
novela requirió mucha fuerza de voluntad de mi parte, varias veces estuve a
punto de abandonarla, pero como procuro terminar todos los libros que empiezo,
continué hasta el final y no me arrepiento, porque las últimas 200 páginas (el
título tiene 562) fueron por mucho las mejores; si tardé 10 días en leer las
primeras 450, me bastó una noche para acabar el resto. Y es que siendo justa,
en suma, la historia es buena, tiene giros inesperados y personajes
misteriosos que poco a poco se van quitando las caretas, entonces ¿qué fue lo
que no me convenció? Básicamente tres detalles, por un lado, el inicio, como ya
dije, es bastante lento y si bien, sí pone al lector en contexto, resultó un
tanto extenso y aburrido para mi gusto; por otro lado, una importante parte de la novela
contiene descripciones del entorno demasiado largas e incluso repetitivas,
sentí que la escritora hizo un uso excesivo de los adornos del lenguaje
restándole agilidad a la lectura al quitar el foco de lo que realmente
importaba, sé que algunas personas gustan de este tipo de narrativa, sin
embargo, no todos tenemos la paciencia para que nos saturen con datos que no
son relevantes en la trama; por último, el que la acción se concentre hacia el
final, me parece arriesgado, pues casi estoy segura que habrá muchos
que desistirán antes de llegar a ese punto, lo que en definitiva, los llevará a
quedarse con una impresión equivocada de la novela que, finalmente, sí tiene
una buena dosis de encanto e intriga.
Título: “Una casa en Thornwood”
Autor: Anna Romer
Editorial: Suma de letras

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