LIBROS ENCADENADOS
En la Edad Media, época en la que
los libros eran bienes sumamente valiosos debido a que se copiaban a mano
mediante un proceso laborioso y costoso, las bibliotecas solían proteger sus
preciados manuscritos encadenándolos a los estantes, pues de esa manera
evitaban que los sacaran del recinto sin autorización; esta práctica, que fue
replicada por particulares, entidades religiosas y universidades todavía puede
observarse en ciertos países como Inglaterra -Biblioteca de la Catedral de
Hereford- e Italia -Biblioteca
Malatestiana-, aunque con fines meramente históricos, ya que la invención de la
imprenta, el desarrollo de los sistemas
de catalogación y los avances en materia de seguridad terminaron con la
necesidad de encadenar los títulos.

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