LA ÚLTIMA NOTA DE VIRGINIA WOOLF


   La británica Virginia Woolf, quien a lo largo de su carrera literaria escribió novelas, ensayos, biografías, cuentos y obras de teatro, decidió poner fin a su vida a los 59 años. La escritora, que creció en una época en la que los tratamientos mentales eran limitados y a menudo incomprendidos, sufrió graves episodios de depresión y ansiedad que la afectaron a tal punto que el 28 de marzo de 1941, tras ponerse un abrigo y llenar sus bolsillos con piedras, se lanzó al río Ouse. Tristemente, la autora falleció ahogada en aquellas aguas cercanas a su residencia, sin embargo, antes de caminar hacia su fatal destino escribió una nota dirigida a su esposo Leonard en la que se leía:

 

   Querido,

   Tengo la seguridad de que estoy enloqueciendo de nuevo. Creo que no podemos pasar a través de otro de aquellos terribles momentos. Y no me voy a recuperar esta vez. He empezado a escuchar voces y no me puedo concentrar. Así que estoy haciendo lo que me parece mejor. Me has dado la mayor felicidad posible. Has sido en todos los sentidos todo lo que cualquiera pudiera ser. No creo que dos personas pudieran haber sido más felices hasta que llegó esta terrible enfermedad. No puedo luchar más. Sé que estoy arruinando tu vida, que sin mí podrías trabajar. Y lo harás, yo sé. Ya ves, ni siquiera puedo escribir esto correctamente. No puedo leer. Lo que quiero decir es que te debo toda la felicidad de mi vida. Has sido completamente paciente e increíblemente bueno conmigo. Quiero decir que todo el mundo lo sabe. Si alguien podría haberme salvado habrías sido tú. Todo se ha ido de mí salvo la certeza de tu bondad. No puedo seguir arruinando tu vida por más tiempo. No creo que dos personas pudieran haber sido más felices de lo que hemos sido nosotros.

 

   El cuerpo de Woolf fue encontrado el 18 de abril de 1941 y entregado a su viudo, quien incineró los restos y esparció las cenizas en el jardín de la casa que la escritora habitó durante sus últimos días, una propiedad conocida como Monk's House que se ubica en Rodmell, pequeño pueblo de Sussex, Inglaterra. Por cierto, cabe mencionar que en 1980, tras convertirse en parte del patrimonio del Fideicomiso Nacional para los Lugares de Interés Histórico o Belleza Natural, el que fuera el hogar de los Woolf abrió sus puertas como un museo en el que el público tiene acceso a la planta baja, espacio que entre otras cosas incluye el salón, el dormitorio y la habitación donde trabajaba la autora.




 

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿QUÉ ES UNA EDICIÓN NO VENAL?

¿CUÁNTAS PÁGINAS DEBE TENER UN LIBRO?

LA SERIE DE LIBROS “PARA DUMMIES”