EL HÁBITO QUE COMPARTEN MUCHOS LECTORES
Al leer en silencio un alto
porcentaje de los lectores tiende a subvocalizar, es decir, pronunciar
mentalmente las palabras, incluso hay quienes mueven los labios y la lengua sin
ser conscientes de ello; no obstante, aunque la subvocalización forma parte del
proceso natural de aprendizaje de la lectura y mejora tanto la comprensión como
la retención de información, se cree que este hábito ralentiza la velocidad a
la que se lee porque la limita al ritmo del habla y provoca que la mente
intente seguir el flujo de lo que se dice, y es que si bien al cerebro parece
gustarle esa voz interna que le permite asociar las palabras con sonidos, a
decir de los expertos nuestro sistema visual y cognitivo es capaz de procesar
los textos mucho más rápido de lo que podemos pronunciarlos mentalmente.
Dicho de otra manera, la
subvocalización sería el equivalente a leer con freno de mano, ya que al
activar las mismas áreas cerebrales que el habla, impone un límite físico a la
velocidad de lectura, de ahí que si se aprende a controlarla, el promedio de
palabras que se leen por minuto aumenta considerablemente.
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