LA DESAPARICIÓN DE AGATHA CHRISTIE
En un giro digno de sus propias
tramas, Agatha Christie se convirtió en la protagonista de un misterio real que
desconcertó al mundo. ¿Qué sucedió? Pues que la escritora británica desapareció
por 11 días dando lugar a una búsqueda masiva que capturó la atención
pública.
El enigmático episodio, que jamás
fue aclarado en su totalidad, inició el 3 de diciembre de 1926 cuando Agatha
Christie salió de su casa sin decir a dónde se dirigía, y es que horas después
su auto fue encontrado abandonado con las luces encendidas, objetos personales
en el interior y señales que apuntaban a un desenlace fatal, una conclusión
plausible debido a que en aquel tiempo la autora atravesaba una profunda crisis
emocional como consecuencia de la reciente pérdida de su madre y la solicitud
de divorcio de su esposo Archibald, quien le había confesado que estaba
enamorado de otra mujer llamada Nancy Neele.
Sin noticias de la reina del
crimen, las autoridades iniciaron un operativo para localizarla, una búsqueda
en la que participaron policías, voluntarios, perros rastreadores e incluso su
colega Arthur Conan Doyle, escritor que terminó recurriendo a un médium para
intentar dar con su paradero.
Como era de esperarse, la gente y
los medios de comunicación no tardaron en difundir sus teorías. Algunos
sostenían que se trataba de un asesinato, otros especulaban que ella misma se
había quitado la vida, mientras que unos más afirmaban que planeó todo para
vengarse de su marido o que era un montaje con fines publicitarios. En medio de
todos los rumores, con los reflectores volcados en la historia, Agatha Christie
fue hallada el 14 de diciembre en el Swan Hydropathic Hotel de Harrogate,
Yorkshire, registrada bajo el nombre falso de Teresa Neele, nada más y nada
menos que el apellido de la mujer por la que su esposo la había dejado.
La escritora, que al parecer fue
reconocida por una persona que dio aviso a las autoridades, se encontraba en
buen estado físico, pero como alegó no recordar nada de lo ocurrido, sus actos
se atribuyeron a un posible colapso nervioso o lapsus de amnesia, así que a
falta de una explicación clara por su parte, el caso se cerró dejando tras de
sí muchas preguntas sin respuesta.
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